La Grandeza de Barry Bonds
La grandeza de Barry Bonds se pone de manifiesto en cada batazo que conecta por encima de la verja. Ni la maledicencia de muchos ni el acoso de otros han podido quebrar la voluntad de hierro de éste sin par jugador afro americano.
No han valido pelotazos intencionales, abucheos desconsiderados y lanzamientos de objetos de parte de los fanáticos, su temple demuestra bien claro su objetivo de convertirse en el máximo jonronero de la historia.
Mientras el despropósito de descalificarlo por el uso de esteroides sigue su agitado curso, su talento sin igual demuestra en cada turno que se acerca a terminar como el mejor jugador que haya pisado un terreno de juego.
Resulta insólito que los lanzadores contrarios consideren lanzarle más incómodo a él que al dominicano Albert Pujols, sin dudas, el mejor y más temible bateador de la actualidad.
Mientras otros peloteros señalados en el libro por José Canseco, que además fueron convocados por el congreso norteamericano para declarar sobre el uso de esteroides, han decidido pasar al anonimato, este portento está dando la cara y a la pelota le está dando también en la misma cara.
Con su actitud valiente Barry demuestra su estirpe que solo los jugadores de excepción poseen, imponiéndose a golpe de batazos a las miserias y mezquindades humanas que constantemente lo acosan.
Las dudas que surgen de si el toletero de los Gigantes podrá darle alcance a la marca en poder de Hank Aaron, se irán desvaneciendo en la medida en que avance la temporada porque ni la edad ni las lesiones han sido óbice para impedir su meta.
Bonds muestra en cada turno el por qué al finalizar su ilustre carrera será considerado como el más grande. (Clave Digital)
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