Esto de mezclar fe y dinero nunca me ha gustado, pero en este caso, mucho menos, pues se trata de maquillarlo con ropaje científico. No me gusta pedirle a Dios dinero, entre otras razones porque sospecho que Dios no dispone de bancos, y si alguna cuenta corriente tiene, para repartir, es de otra calidad menos cuantitativa. Hasta ahora, las muchachas acudían a San Antonio para solicitarle el favor de poder emparejarse, y alguna manita echaría el santo porque las muchachas no se cansan de rezarle, pero igualmente sospecho que tampoco es muy pródigo en conseguir novio, pues siguen siendo muchas las que se quedan con las ganas. Por otra parte, los milagros, esos que abundan con razón o sin razón, tampoco suelen prodigarse en lo económico, para eso están los horóscopos y las loterías, que ni siquiera cumplen. O sea, que el tal Gruber me ha desilusionado.
Pero bueno, por si alguien la religión de la buena economía, ahí están los datos aportados por unl profesor gringo: que si se duplica la asistencia a las ceremonias religiosas, el aumento del ingreso familiar asciende al 9.1 por ciento; y para las mozas con ganas de matrimonio: 4.4. por ciento más de posibilidades para encontrar marido si redoblan sus oraciones.
Pues ya está, solucionado el desempleo, solucionada la pobreza, y solucionadas las inversiones innecesarias. La única inversión valedera para ser rico, y como Dios manda, es dejarse de tanto trabajo y rezar más. Claro, no sé, a ciencia cierta, de qué religión habla, porque la mía, y en mi caso, esta regla matemática no funciona. Y no les por falta de trabajo, no. Concluyo que es por falta de fe.
1 comentario:
jaja ta cool.. las ironicas corrientes del rio de la vida nso llevan al mar de caos q hemso creado para nosotros .. ta heavy si
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